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Evocaciones de lo femenino

Gitana I, 2005. Tery Fuentes

En la pintura de Tery Fuentes confluyen diversos aspectos en los que se fundamenta su discurso  plástico. Por una parte, se percibe una gestualidad cromática que dinamiza todo el formato,  gracias a una pincelada ágil que se expande a través de manchas contrastantes, diluidas o degradadas. El tratamiento que le confiere al color construye atmósferas sugerentes, carente de horizontes limitantes que aterricen o atrapen la mirada del espectador, de ahí ese carácter onírico que transmite a sus composiciones, cuyas tonalidades parecen ir más allá de los bordes del cuadro: franjas amarillas, ocres descontinuados, sepias y marrones intercalados o azules blanquecinos, complementan la paleta de esta autora que, en algunos casos, se explaya en tonos monocromáticos como una manera de concentrar la mirada hacia el dibujo esbozado.


Por otra parte, la artista explora los elementos de expresión visual, intercalando elementos que intensifican ese carácter ficticio que proponen sus lienzos. Óleos, acrílicos, arena, plantillas, periódicos, cartones, son algunos de los añadidos con los cuales sustenta su lenguaje, tan cercano al procedimiento del collage como a las técnicas mixtas. Dentro de esta artesanía de lo pictórico se vislumbra una temática que difiere de los modelos tradicionales de representación. La narrativa de Fuentes es fraccionada, -y si se quiere quebrada-, se materializa por segmentos, conexos en algunos casos e inconexos en otros, ella logra que imagen y técnica, figura y fondo se relacionen de manera armoniosa en un fluir que simula transcurrir fuera del tiempo cronológico. Cada pieza puede ser observada como un mosaico proveniente de un inmenso entramado donde anidan recuerdos, anhelos y también traumas, choques, vivencias, o impresiones, atrapadas en el inconsciente personal o colectivo. Vistas a la distancia, estas piezas parecen conforman una suerte de rompecabezas, constituido por un elenco de personajes, objetos y acciones que se podrían calificar como intrascendentes o quizás banales, pues sus relatos se alejan de la retórica grandilocuente que caracteriza a la moralizante o aleccionadora.


Fuentes se fija en la fugacidad del instante presente, ese momento que escapa a la consciencia implícito en el repertorio de humildes artículos, utensilios o cosas con los cuales construye una metáfora de lo cotidiano, pero también de lo humano como propósito final de estas creaciones, una especie de “Vanitas” contemporáneas, alusivas al carácter efímero de la vida, cuyas imágenes ilustran el diario accionar de la existencia. Su iconografía se regodea en destacar pedazos de calzados, pisadas, ganchos para guindar ropa, motos, bicicletas, retratos o desnudos inconclusos, entre otros temas; todo ello impregnado por un tamiz de lo femenino que ella introduce  intencionalmente, bien sea en los detalles o en la dispersión y grafiado de las líneas que invaden todo el plano.

Gladys Yunes Yunes

Curadora y Crítico de Arte
Miembro de AICA. Asociación Internacional de Críticos de Arte

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